Es bastante habitual escuchar que en la sociedad actual hay una decadencia del patriarcado, de una sociedad con falta de valores y sin una ética que produce degeneración en los comportamientos y facilita la corrupción entre sus individuos. La paternidad y la maternidad están en entredicho por su alejamiento de los roles tradicionales.
Esta crítica tiene especial predicamento en el ámbito educativo por sus consecuencias sobre los niños. Se habla de las dificultades de educar a las nuevas generaciones al despreciar la disciplina y querer evitar a los niños y adolescentes, las frustraciones.
Hay, sin embargo, un elemento positivo que concede a la época actual un plus respecto a otros momentos de la historia y se trata de la primacía del amor en las relaciones entre un hombre y una mujer. El requisito de que un hombre y una mujer se amen para formar el matrimonio y poder engendrar los hijos, es un fenómeno moderno que no dejará de afectar muy positivamente a las nuevas generaciones.
La paternidad de antes
En las sociedades patriarcales tanto en las primitivas como en las avanzadas, el objetivo del matrimonio era la crianza de herederos legítimos, sin que el amor llegara a contar lo más mínimo en este contrato social. Incluso la condición de esposa legítima se obtenía cuando era capaz de dar a luz a un heredero legítimo. La transmisión de la propiedad privada y de la herencia del nombre del padre eran los principales objetivos que descargaban sobre la esposa y sobre los hijos un legado en el que pocas veces participaba el amor filial.
Ello tenía importantes consecuencias en el desarrollo del psiquismo de esos hijos que veían poco a estos padres ausentes, más interesados en rivalizar con otros hombres mediante el honor, la política o las guerras. Respecto a la madre, se la trataba como a una menor; hecho que no escapaba a los ojos del chico.
La paternidad de ahora
Actualmente, el padre se ocupa mucho mejor de sus hijos que antaño, participa de su crianza y los ama, igual que amó o ama a la madre del niño. Fenómenos sociales como las reivindicaciones de los padres separados o divorciados que quieren participar en la crianza de los hijos y han llegado a promover cambios legislativos favorables para vivir su paternidad aunque el matrimonio se haya disuelto, nos lo expresan. El padre actual quiere realizar su función por amor.
Hay sitios en los que se reivindica la figura principal del padre en la crianza de los hijos y se lucha en que se equipare legalmente en casos de divorcios, separaciones y tutelas de menores.
Psicóloga en Barcelona – Susana Gracia – Especialista en psicoanálisis
Bibliografía sobre paternidad y maternidad utilizada:
“Mujeres sin sombra. Maternidad y tecnología” Silvia Tubert. Siglo Veintiuno de España Editores, S.A.
“¿Qué quiere decir “hacer” el amor?” Gérard Pommier. Paidòs; Biblioteca de Psicología profunda.