Los profesionales del mundo de la salud, conocemos la sintomatología que se produce en cada época y hace un tiempo que se está gestando una mayor preocupación por cómo se percibe y cómo se aborda el sufrimiento psicológico de los niños hoy en día: nosotros lo hemos denominado Enfermar la Infancia.
Cada época trata a su infancia según determinados parámetros sociales, económicos y culturales. Es importante conocerlos para saber cómo están afectando a los niños y a sus padres.
Enfermar la infancia: abuso de fármacos
Promovido por Espai Freud , se ha realizado un manifiesto dónde se denuncia la patologización de la infancia en los tiempos actuales y el abuso de fármacos para dar respuesta a las disfuncionalidades que representan estas supuestas enfermedades.
Actualmente, existe un ideal de productividad de los niños enmascarado por supuestas ideas que lo justifican como por ejemplo, de desarrollo de las potencialidades múltiples o de las inteligencias múltiples.
Enfermar la infancia: hiperestimulación e hiperproductividad
La teoría de las inteligencias múltiples, desarrollo de Gardner, su autor, que seguramente se vanaglorió de relajar la pedagogía tradicional para dar paso a otro tipo de pedagogía transversal y por ello más inclusiva.
Sin embargo, hoy en día se utiliza para justificar un ideal de productividad de los padres hacia los hijos. La invasión capitalista de nuestro mundo íntimo y de nuestra infancia produce que el mercado ofrezcan a los padres todo tipo de recursos para que los niños aprendan de forma precoz todo tipo de aprendizajes en pos de otro ideal en funcionamiento, la competitividad social y laboral futura.
El mundo capitalista nos hace capaces de todo, niños que lo pueden ser todo, como el eslogan que dice una marca de juguetes a las niñas: “tu puedes ser lo que quieras”.
La hiperestimulación de la infancia, de su vida cotidiana, los altos ideales paternos, la oferta del mercado de la infancia produce la percepción de conductas disruptivas cuando los niños no se ajustan a esos parámetros esperados.
La escuela con sus limitaciones de recursos y del conocimiento de los factores que condicionan la infancia que atienden y educan, promueven la patologización de la infancia derivando esos casos a los recursos de salud o pedagógicos extraescolares.