¿Cuántas veces nos hemos equivocado al hablar o hemos dicho una palabra cuando queríamos decir otra?¿O cuándo hemos tenido olvidos de un nombre o una palabra concreta y por más que nos esforcemos, no podemos encontrarlo?
Nos parecen malas pasadas de nuestra mente, los atribuimos a la mala memoria, al cansancio, al estrés… y puede ser, claro… pero la mayor parte de las veces se debe a otro factor.
Los olvidos o las equivocaciones al hablar son producidos por nuestro inconsciente y tienen una causa. Es decir, que cuando olvidamos o sustituimos un nombre por otro, una palabra por otra, no se trata del azar. Por ejemplo, uno no dice mi padre cuando quería decir mi marido sin que eso tenga una significación inconsciente.
Cuando uno olvida una palabra también se debe a motivos inconscientes: esa palabra ha quedado sustraída a nuestra conciencia por alguna motivación inconsciente.
¿Cuál podría ser el significado inconsciente de esa nueva palabra o de los olvidos?
Dependerá de la persona que comete el error, de sus deseos y sus temores inconscientes que relacionados con los acontecimientos de la vida diaria como están, pujan a la realidad de nuestra percepción y de nuestra conciencia.
Por ejemplo, a través de una vía asociativa inconsciente, la palabra padre y todo lo que implica está relacionada para esa persona con la palabra marido y todo lo que ese significante supone. A primera vista, nos parece rara la conexión porque un padre y un marido son dos personas muy distintas para una mujer…pero parece que inconscientemente pueden no estar tan separadas…un padre es el primer amor de una niña, es la primera imagen de hombre, habrá que ver…en cada caso cuál es la significación.
El mecanismo de los equívocos y de los olvidos de palabras, también denominado lapsus linguae, es el mismo que el que produce nuestros sueños.
El material inconsciente aprovecha cualquier oportunidad para hacerse ver y salir a la luz, cuando dormimos con los sueños, cuando conversamos a través de los lapsus linguae, cuando hacemos alguna conducta habiendo pensado hacer la contraria.
Todo ello es interpretable y nos puede dar datos sobre nosotros mismos para nuestro conocimiento. En terapia esos conocimientos se utilizan para curar. En ambos casos, la persona necesita de una tercera persona para conocer las conexiones que han llevado al equívoco o al olvido o a la hora de interpretar un sueño. Para ello se utiliza el método de la asociación libre.
Este método consiste en asociar libremente todos los pensamientos que nos vengan a la mente y es la principal técnica de la terapia psicoanalítica.
Psicóloga en Barcelona, Susana Gracia