En la actualidad es conocida la influencia de la luz y de la temperatura en el estado de ánimo de las personas, por ello es normal que cuando estos parámetros sufren variaciones por el transcurso de las estaciones del año, nuestro estado de ánimo se sienta relativamente afectado.
La depresión estacional puede tener que ver con ello: aparición de síntomas de cansancio, ganas de dormir y comer más, sobre todo hidratos de carbono, ganas de quedarse en casa junto a sentimientos de tristeza o melancolía que pueden aparecer con el cambio estacional; pero hay otros factores que suceden simultáneamente y que no dejaran de afectar a esta sintomatología, que no es una enfermedad.
“Síntomas” de la depresión estacional
Señalemos algunos aspectos que acontecen cuando cambia la estación, además del cambio de luz y que pueden afectar a este “síndrome estacional”:
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- El comienzo del otoño y del invierno coinciden con épocas de proyección personal y profesional donde uno se siente conminado a iniciar cosas que no ha realizado, que tiene pendientes o repetir experiencias en las que fracasó en el pasado.
- Cuando comienzan estas estaciones que marcan el inicio del trabajo, o de los estudios después de las vacaciones y no existe ningún proyecto personal o profesional que satisfaga a la persona, pueden aparecer sentimientos de tristeza y de estar en falta con uno mismo y con sus expectativas, también puede darse la falta de ilusiones.
- El inicio del curso escolar, en su caso, puede producir sentimientos de paso del tiempo, o ansiedad ante la próxima separación de los hijos que van a la escuela, muchas veces esta situación produce un recordatorio de nuestra angustia inconsciente ante la separación de nuestra propia madre al ir a la escuela de nuestra infancia.
- La cercanía de las Navidades, es otro fenómeno que lejos de alegrar a la mayor parte de las personas, crea sentimientos contradictorios, de alegría pero también de tristeza como la sensación de que pasa el tiempo, la aparición de problemas familiares o tener que pasar las fiestas con sus consecuencias, la soledad, el dictado social y publicitario de tener que gozar de unas fiestas que pueden no ser tan fascinantes como nos dicen. Las reminiscencias de nuestra infancia, otra vez, también puede traernos sentimientos de tristeza o desarrollar otra sintomatología moderada.
En definitiva, como somos seres complejos, nunca existe un sólo factor que condicione nuestros sentimientos y acciones. La depresión estacional, en el caso de aparecer, tendrá que ver con alguna de estas causas mencionadas además del cambio circadiano que produce la estación.
Los cambios de estación son buenas épocas para consultar al psicólogo cuando esas emociones perduran y nos incomodan en nuestra vida cotidiana o cuando nos encontramos sin rumbo, desconocedores, fracasados o inhibidos en lo que daría sentido a nuestras vidas y paliaría el angustioso paso del tiempo con una ilusión. En ese caso, un proceso de coaching con un psicólogo puede ayudar a cambiar y resolver esa situación, tanto si se trata de una depresión estacional como de otras afecciones que pueden impedirte desarrollar tu día a día con normalidad y tener una actitud más vital.
Psicólogos en Barcelona – Susana Gracia – Especialista en psicoanálisis