Todos los trastornos de ansiedad que se diagnostican en la actualidad, tienen un trasfondo común: la angustia.
Según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, ansiedad es “Angustia que suele acompañar a muchas enfermedades, en particular a ciertas neurosis, y que no permite sosiego a los enfermos”, por lo que ambos conceptos serían sinónimos.
La sociedad actual prefiere utilizar ansiedad ya que angustia produce una cierta reticencia en su uso siendo sustituido por términos más acordes al modelo médico como son la ansiedad, los trastornos de ansiedad o los ataques de pánico. En muchas ocasiones, también el estrés es utilizado como sinónimo de ansiedad pero se trata de un concepto algo diferente: suelen ir asociados la mayor parte del tiempo pero también se puede tener estrés y producirse síntomas orgánicos, exclusivamente.
La clásica palabra es poco adecuada en nuestra sociedad hedonista que impone gozar todo el tiempo y ser felices.
La angustia, el sentimiento más humano
Sin embargo, no hay un sentimiento más humano que la angustia. El ser humano la padece desde el momento de su nacimiento: el llamado “trauma del nacimiento”, la pérdida del estado de bienestar producido por la simbiosis biológica con la madre y su separación como ser independiente en un mundo nuevo y desconocido.
La vivencia de esta primera angustia del nacimiento formará el molde en el que se reproduzcan el resto de angustias futuras que nos toque vivir.
¿Por qué tenemos angustia?
La angustia es una emoción-señal, indica que hay alguna situación real o fantaseada que hace revivir los traumas padecidos por el sujeto en su propia historia y que por algún motivo, se reactivan y desbordan al sujeto.
¿Cuáles son estos traumas?
- Nacer y crecer, son traumas de separación y pérdidas que no siempre asumimos de la mejor manera.
- Nacer a la cultura, a la sociedad, es trauma porque el sujeto debe replegar los deseos individuales a los colectivos (a los padres primero y a la sociedad, después). La culpa será el guardián de ese repliegue y su acción suele ser excesiva y provocar síntomas como la angustia.
¿Cuándo la angustia se convierte en motivo de enfermedad y por lo tanto requerirá tratamiento?
Ocurrirá cuando la angustia pase de ser una emoción puntual más o menos controlable a perdurar en el tiempo pudiendo hacerse crónica o distorsionar una situación como el trabajo, las relaciones o los estudios. También puede pasar a una forma patológica más estable pero más grave como por ejemplo, la fobia.
¿Cuáles son los trastornos de ansiedad más frecuentes?
- Ansiedad en las fobias: Una vez establecida la fobia, el sujeto sólo siente ansiedad delante del objeto de su fobia, que puede ser variopinto: perros, ratas, arañas, palomas u otros animales domésticos, miedo a los espacios abiertos o cerrados, a los aviones u otros medios de transporte.
- Ansiedad que produce Insomnio: Es el tipo de angustia que generan las pesadillas y que producen también que la persona se despierte sobresaltada, con angustia y le sea difícil conciliar el sueño nuevamente, provocándole insomnio.
- Ansiedad en el estrés y en el estrés post-traumático: angustia que se genera en las situaciones de primera vivencia o de reproducción de una situación traumática. Esa situación se puede producir únicamente en la imaginación y generar la misma emoción angustiosa.
- Ansiedad presente en los ataques de pánico: delante de determinada condición interna o externa, el sujeto vive una experiencia de morir durante unos minutos, en los que la angustia “de muerte” tiene un papel principal.
- Ansiedad presente en otros trastornos emocionales: como la ansiedad ante el éxito, ansiedad en las obsesiones…
Si crees que tienes problemas de ansiedad, angustia, o cualquiera de sus formas, y necesitas ayuda para afrontar la situación puedes ponerte en contacto con nosotros. Rellena el siguiente formulario para pedir una cita el día que mejor se ajuste a tus necesidades e intentaremos cuadrarlo contigo.