Aunque el ser humano es un ser miedoso, esta cualidad nos ha permitido evolucionar preservando la especie del impacto de la naturaleza y de otros animales.
Pero en una sociedad en la que las oportunidades de temer se multiplican, esta situación perturba el psiquismo humano.
En una de las épocas más seguras de la humanidad, se multiplican las fobias. El ser humano nunca estuvo tan seguro pero al mismo tiempo tan al acecho de la catástrofe, del atentado, del accidente, de ser contagiado o envenenado.
El nacimiento de una fobia
La palabra fobia viene de fobos, que quiere decir pavor. La fobia consiste en la evitación de una situación u objeto que desencadena por su sola visión, una crisis de miedo y angustia.
El nacimiento de una fobia se produce en una primera situación o encuentro con el objeto que genera el ataque de pánico y angustia. La reacción del sujeto es un sentimiento de pérdida de las coordenadas de espacio y tiempo, el miedo se centra en el estómago y se produce un gran sentimiento de desamparo. Se encuentra sin apoyo. La única salvación que acierta a realizar el sujeto sino queda paralizado, es huir.
A partir de ese momento, el psiquismo del sujeto se organiza para que la angustia sólo aparezca cuando el sujeto se encuentre con el objeto o con la situación que le provocó el pánico. El resto del tiempo no presenta angustia, pero sí precaución, se mantendrá en estado de alerta para no encontrarse cara a cara con lo que teme.
Fobias infantiles y fobias en adultos
Hemos de diferenciar las fobias adultas de las infantiles ya que estas últimas son miedos que forman parte del desarrollo psicológico de los niños, son por ejemplo, el miedo a la oscuridad, al silencio, a la soledad. Detrás de ellas, los niños expresan sus ansiedades de separación de la madre y del entorno protegido que ella proporciona. A veces, requieren tratamiento psicológico si persisten en el tiempo o si inhiben mucho la conducta del niño.
En el caso de los adultos, las ansiedades subyacentes pueden hacer surgir fobias de situación como la fobia a los espacios: claustrofobia, miedo a los espacios cerrados (miedo a los apretujamientos, a los ascensores), o la agorafobia, miedo a los espacios abiertos (a las montañas, a los lugares altos), fobia a los transportes, fobia a las alturas, a las multitudes o hablar en público.
¿Pero qué sucede cuando las fobias en la edad adulta, son hacia objetos cotidianos como perros, gatos, pájaros? ¿Qué ansiedad pueden ocultar estos objetos tan familiares?
En este caso, el animal es utilizado como objeto externo en el que se desplazan ansiedades y actitudes ambivalentes hacia las personas queridas, especialmente la madre y el padre. Nos da pistas sobre ello el hecho de que la fobia nos trae la sensación de la amenaza de un castigo. Algo así del tipo: “pensar mal sobre un ser querido me traerá un castigo”.
Funcionamiento y curación de una fobia
Se trata de un proceso psicológico inconsciente. Ante un peligro exterior, uno puede encontrar la salvación a través de la huida pero el intento de fuga ante un peligro interno es una empresa difícil, por ello el inconsciente desplaza sobre algún objeto del exterior el peligro de los sentimientos hostiles, de esta manera sólo tendrá que evitarlos en la realidad y no tendrá que afrontarlos en su interior.
Pero lo que está claro es que lo que se echó por la puerta, vuelve por la ventana, por ello es recomendable abordar el conflicto que generó ese peligro interno de una manera profunda, para que nuestro psiquismo no tenga necesidad de desplazarlo a la realidad.
Curar una fobia sólo se puede realizar interpretando el significado inconsciente de la ansiedad o el conflicto subterráneo que implica para que la persona sea consciente de él y pueda revivirlo de otra manera menos patológica.
Bibliografía utilizada: Las fobias, de Paul Laurent Assoun. Buenos Aires, Editorial Nueva vision, 2002
¿Te ha parecido interesante el tema de las fobias? A lo mejor te has sentido reconocido en alguna de las sintomatologías que hemos descrito en el artículo y podemos ayudarte a superar tus fobias y miedos irracionales.
Psicólogos en Barcelona – Susana Gracia – Especialista en psicoanálisis
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