Desde el inicio de los tiempos, el ser humano se ha sentido fascinado por esas producciones nocturnas que son los sueños y ha hallado en ellos toda suerte de signos para adivinar un futuro incierto a la hora de tomar grandes decisiones. Su interpretación ha sido tarea de brujos y chamanes, personas especializadas en ese raro lenguaje plagado de símbolos.
Cuando los médicos comenzaron su estudio se fijaron en la función biológica que el sueño cumple para nuestro organismo: al dormir ralentizamos las funciones corporales y descansamos. Pero no se interesaron por los sueños que se producen al dormir entendiendo que eran subproductos sin sentido de la propia actividad del sueño.
En épocas posteriores y gracias a los avances de la ciencia médica, se ha podido volver a estudiar el sueño con renovado interés.
Se ha descubierto que el sueño está formado por dos tipos de ciclos: fases de ondas cortas y fases de ondas largas (ciclo del sueño no-REM) y sueño paradójico (ciclo del sueño Si-REM) y que ambos se alternan entre sí entre cuatro y seis veces cada noche.
El sueño paradójico se llama así porque se produce en la llamada fase Si-R.E.M de mayor actividad ocular, es decir, en la que se está produciendo un sueño. Contrariamente a lo esperado, ésta es la fase donde se produce el mayor descanso para el organismo en contraste con el otro ciclo, mucho más tranquilo.
Por ello, cuando más descansamos es cuando estamos soñando sueños.
Para los psicoanalistas esta paradoja tiene una explicación muy clara, pues conocemos por nuestra experiencia personal y profesional que, cuando se sueña, se descargan en los sueños deseos y temores de carácter inconsciente que habitualmente están reprimidos. Aprovechan esa ocasión donde la conciencia está dormida para hacerse ver y expresarse junto con retazos de acontecimientos del día que también aparecen en nuestros sueños.
Gracias a que podemos representar en ese teatro que es el sueño todo aquello que impacta a nuestro yo, que sacude nuestros deseos, fantasías y temores que se hallan en el inconsciente, podemos levantarnos renovados física y mentalmente.
Soñar es vital para nuestra salud mental y física.
Este fenómeno es universal ya que todo el mundo sueña, excepto las personas que tienen algún problema orgánico que lo impida. El resto, soñamos, lo recordemos o no. Hay fases en la vida donde se recuerdan más, otras menos, muchas veces nos levantamos y nos acordamos de ellos pero unos minutos después, se evaporan. Cuando las personas están en terapia, suele ocurrir que comienzan a recordar los sueños, mucho más que antes.
¿Por qué los sueños son tan raros y estrambóticos?
Los sueños son las producciones del yo dormido, es decir de un yo relajado que deja expresarse a las fantasías y temores inconscientes que permanecen reprimidos y censurados por él la mayor parte del tiempo.
Durante la noche y gracias al relajamiento de las defensas que se produce en el yo, algunos contenidos de nuestra parte inconsciente aprovechan y traspasan más fácilmente esa barrera de censura que tiene el yo de forma permanente.
Sin embargo, nuestra parte consciente siempre está vigilante y pedirá un peaje a las fantasías inconscientes que quieren traspasarla. Este peaje será que sufran una gran transformación para que la persona no pueda reconocerlas. A esta transformación se le llama trabajo del sueño.
El sueño será un compromiso adquirido entre nuestro yo consciente y nuestro yo inconsciente. Nuestra parte inconsciente aporta el material para la obra, fantasías inconscientes muy primarias y que tienen que ver con la infancia. Esas fantasías y no otras serán llamadas a escena según los acontecimientos que nos hayan sucedido en el día.
Nuestra parte consciente dormida dejará expresarse a la parte inconsciente a cambio de hacer de gran censor. Aún dormido revisará toda la obra y reclamará cortes, cambios, omisiones que harán que el sueño sea raro e incomprensible.
¿Por qué se olvidan tan rápidamente los sueños?
Por el mismo motivo anterior olvidamos nuestros sueños rápidamente: en cuanto el yo consciente se despierta y se da cuenta de lo soñado, inmediatamente activa el gran censor que es y vuelve a condenar ese sueño y todo su contenido al inconsciente, acompañándolo de una sensación de rareza, confusión y, a veces, de angustia que es la marca y sello de su intervención.
Esas fantasías inconscientes vuelven a quedar ocultas para el Yo consciente a la espera del siguiente sueño donde volverán a pugnar por salir.
¿Por qué evitamos conocer nuestros deseos inconscientes?
Las dos principales tareas de nuestro yo consciente son: gestionar la realidad, adaptarse al medio para la autoconservación del individuo y la especie, y mantener a raya a nuestra parte inconsciente para que sus contenidos no salgan a la luz.
Esa parte inconsciente tiene que ver con el ser humano más primario que todos llevamos dentro. Esos deseos pondrían en un compromiso nuestra autoconservación individual y como especie y, con ello, nuestra civilización.
En el proceso social de la educación, esas fantasías han sido relegadas de la vida consciente y respecto a ellas, la sociedad y el individuo no quieren saber nada. Como provienen de la faceta más pulsional del individuo tienen una gran potencia y pugnan continuamente por desarrollarse. Por ejemplo, observemos a los niños: no comparten o lo quieren todo para ellos, si alguien les quita algo muerden o patalean. Con el proceso de la educación por los padres y por la sociedad, esos deseos serán censurados.
Reconocerlos será para el sujeto un acto delicado ya que pondrá en entredicho sus ideales. Si quires saber más puedes leer el artículo que hemos escrito sobre el inconsciente aquí
La interpretación de los sueños en la terapia psicoanalítica
Para los psicoanalistas, la interpretación de los sueños es el camino más directo y valioso para el conocimiento de nuestro yo inconsciente junto con la interpretación de los lapsus linguae y los actos fallidos, decir o hacer otra cosa que la que queríamos hacer o decir.
En la terapia psicoanalítica, se suele invitar a la persona a hablar de sus sueños pues su interpretación nos irá dando las claves de sus impulsos inconscientes que están motivando sus pensamientos y sentimientos.
Ayudando a que esas fantasías inconscientes se transformen en palabras, irán perdiendo su valor patógeno y, de esta forma, neutralizaremos el sufrimiento psíquico y físico.
¿Te interesa el mundo de los sueños y su significado? ¿Te preocupa lo que sueñas? ¿Te gustaría entenderlo? Puedes entender mejor lo que trata sobre la interpretación de lo sueños de Sigmund Freud echándole un vistazo a su libro.