Hoy nos ocupamos del análisis de un artículo de opinión vertido en el periódico La Vanguardia, en su edición del día 10 de marzo de 2015. El artículo en cuestión se titula Sobrevalorar a los hijos hace que se vuelvan narcisistas. He tratado de hacer una reflexión sobre el contenido de este artículo y sobre las implicaciones a nivel psicológico y psicoanalítico que conlleva.
¿El narcisismo y la autoestima de los niños, a qué se refieren?
Respecto a las conclusiones del estudio realizado por la Universidad de Ámsterdam sobre cómo se desarrolla la egolatría en la infancia merecen algunas de ellas ser comentadas.
Nos sorprende que se estudie el desarrollo del narcisismo y la autoestima siguiendo una metodología del tipo encuesta con preguntas realizadas a padres y niños y que se llegue a conclusiones mediante las respuestas que dan unos y otros en cuatro entrevistas cada seis meses durante un año y medio.
No se refieren otros medios de estudio como el análisis de los dibujos, el análisis del juego de los niños, el análisis de las relaciones con sus semejantes en el colegio, observación de interacciones padres-hijos…
También llama la atención que se llegue a conclusiones sobre el narcisismo y la autoestima de un niño a partir de frases o pensamientos de los padres, sobre todo cuando cualquier aspecto de la personalidad humana no tiene una causa-efecto de tipo simple. Los fenómenos psicológicos de los adultos, incluso los de los niños son el producto de múltiples factores que además se relacionan entre ellos y a veces de forma que no responde a las leyes de la lógica. Nada más alejado de unas frases, pensamientos.
¿Y si son sólo del padre? ¿Y si son sólo de la madre? ¿Qué pasa si uno piensa así y el otro no? ¿Cuál sería el resultado de esa nueva interacción?
Utilizar el término narcisismo en su acepción coloquial olvida la complejidad del fenómeno que se extiende claramente de ese uso específico. El narcisismo es un fenómeno estructural del ser humano, que se inicia en el momento del nacimiento, se desarrolla durante toda la infancia y es tan troncal como otros desarrollos tales como el de la conciencia moral o el desarrollo del lenguaje. Se convertirá en parte del sustrato de la vida psíquica y permitirá las relaciones con los demás en su dialéctica de tensión-distensión, “unas veces tú, otras veces yo”. Encontrando en ese equilibrio entre las relaciones con los otros y el amor a uno mismo, la salud psicológica.
El narcisismo en la sociedad actual
Respecto a que la sociedad actual occidental favorezca la existencia de seres más narcisistas que en otras sociedades y que esa frecuencia se vaya viendo incrementada en los últimos años se trataría de datos sobre los que no se arroja ninguna hipótesis explicativa.
Es cierto, que en las sociedades occidentales, el consumismo marca unas necesidades que impregnan el ámbito de las relaciones sociales tanto amorosas como familiares y filiales. Los fallos en los vínculos tempranos, la falta de estabilidad de las familias, el estrés y la soledad de los padres, la trivialidad de los contactos humanos, la falta de una comunicación alimenticia y la preservación del infante ante las frustraciones de la vida condicionaran el desarrollo del niño, fragilizándolo en algunos aspectos.
La autoestima es junto con la ansiedad otro de los conceptos de moda de la sociedad actual. En el estudio también se dice que a mayor narcisismo, menor autoestima pero tampoco queda explicada esta relación inversa, pues ambas tendrían que ver a primera vista con el amor propio y la consideración hacia uno mismo.
El consejo de los investigadores: trasmitir afecto a los hijos sin hacerles creer que son superiores a los demás, pero tal es mejor que ese tipo de consejos lo den los psicólogos.
Para los padres cuando el hijo es hijo de su deseo, es especial para ellos. Lo harán mejor o peor pero esa especialidad formará los cimientos de su narcisismo y su futura autoestima.
Opinión referida al artículo aparecido en el diario La Vanguardia el 10/03/2015
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